Aqu me pongo a cantar al comp s de la vig ela, que el hombre que lo desvela una pena estrordinaria, como la ave solitaria con el cantar se consuela. Pido a los santos del cielo que ayuden mi pensamiento: les pido en este momento que voy a cantar mi historia me refresquen la memoria y aclaren mi entendimiento. Vengan santos milagrosos, vengan todos en mi ayuda, que la lengua se me a uda y se me turba la vista; pido a mi Dios que me asista en una ocasi n tan ruda.